REFLEXION DE JUNIO

    QUE IMPLICA AMAR AL PROJIMO

¿Qué  espera  Dios  de  su siervos  ? Jesús lo resumió
en unas  cuantas  palabras sencillas  y  profundas:  Él
le  dijo:  Amarás  al  Señor,
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el  mayor
 y el  primer  mandamiento.  El  segundo  es  semejante  a este; Amarás a tu prójimo  como  a ti  mismo. De estos dos mandamientos pende la Ley  de  los Profetas. Esto  implica hacer lo que Dios  manda y corresponder  de  este modo al amor que él nos muestra. Quienes amamos a Dios no vemos esto   como   una  carga,  sino  como  una  delicia. Jesús  menciono  un  segundo  mandamiento  que, como  él mismo señaló,  está  muy  relacionado con el anterior. Es oportuno  centrar la atención en este  mandamiento,  pues hoy  reina  el  egoísmo, que  no  es  otra cosa que amor mal dirigido. Aunque  detesta  la  maldad, trata  con  bondad  a  los pecadores , dándoles la oportunidad de dejar atrás su mala conducta y recibir vida eterna. El desea que todos alcancen el  arrepentimiento. Por  eso  Jesús  dijo; Id, pues, y  hacer discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre  y  del Hijo  y  del  Espíritu  Santo  y  enseñándoles  a guardar  todo  lo  que  yo  os he mandado. Y  he aquí que yo estoy  con  vosotros  todos  los  días  hasta el fin del mundo. Tenemos la obligación  cristiana  de amar  a nuestra familia de hermanos espirituales, todo el que odia a su hermano es homicida. Si  alguno  hace  la declaración: Yo  amo a Dios; y sin  embargo  está  odiando  a  su  hermano,  es  mentiroso. Porque  el  que no ama  a su  hermano  a quien ha visto, no puede  estar  amando  a  Dios,  a  quien  no ha visto. Nunca olvidemos  que  el  amor al prójimo  está  ligado  al amor  a Dios. Jesús ayudo a los pobres,  curó a los enfermos, dio de comer a los hambrientos y además, enseño a las multitudes. El efectuó todas las cosas para la gloria de Dios, y jamás perdió de vista el deber de representar a su amado Padre y ser un fiel reflejo de su personalidad. Si imitamos a Jesús, nosotros también amaremos de verdad al prójimo. Amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos significa tener con ellos la actitud que nos  gustaría  que  ellos tengan con nosotros y  darles  el trato que desearíamos recibir. El amor al prójimo nos ayuda  a  no  cometer  malas  acciones; con nadie  tengáis  otra  deuda  que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.  En efecto.  Lo de: No adulteraras,  no  mataras,  no  robaras,  no  codiciaras y todos  los  demás  preceptos,  se  resumen en esta fórmula: Amaras  a  tu prójimo  como a ti mismo. La caridad no hace mal  al  prójimo. La  caridad  es,  por  tanto,  la  ley  en  su plenitud.      
                           Antonio Armario Muñoz

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