Imagínese que un
amigo al que admira mucho hace algo que usted no entiende.
Hay quienes critican
lo que hizo y juzgan sus motivos diciendo que es cruel. ¿Se podría enseguida de
parte de ellos, o esperaría hasta escuchar la versión de su amigo?. Si el no
estuviera allí para exponer sus razones, ¿tendría usted paciencia y le daría el
beneficio de la duda?. Antes de nada,convendría
que se preguntara: “¿Cuánto sé de mi amigo? ¿Por qué lo admiro?”. Eso sería lo
justo, ¿verdad? ¿No podríamos hacer lo mismo al analizar la cuestión de si Dios
es cruel?.
Tal
vez le cueste entender algunas cosas que Dios ha hecho o que ha permitido.
Muchos le dirán que él es cruel y lo presionaran para que juzgue sus motivos
con la misma severidad que ellos. ¿Le dará el beneficio de la duda hasta saber
más del asunto?. Mucho dependerá de si lo conoce bien o no. Pregúntese: “¿Qué
clase de amigo ha sido Dios para mí?”.
Si
usted ha tenido una vida difícil, tal vez opine que Dios no ha sido su amigo.
Pero piense un poco: ¿es Dios el culpable de los problemas que ha vivido, o más
bien la fuente de sus bendiciones? De modo que él es el responsable de muchos
de los sufrimientos de este mundo. ¿Y no es cierto que gran parte de nuestros
problemas se deben a nuestros propios defectos o a las imprevisibles
circunstancias de la vida?
En
cambio, ¿Qué ha hecho Dios?. La Biblia dice que es el Creador del Cielo y de la
Tierra; que entre sus obras se encuentra el cuerpo humano, el cual está
maravillosamente hecho, y que hasta nuestro aliento, nuestra vida, está en sus
manos.
“El
Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del Cielo y de la
Tierra, no habita en santuarios fabricados por manos de hombres; ni es servido
por manos humanas, como si de algo estuviera necesitado, el que a todos da la vida,
el aliento y todas las cosas. El creo, de un solo principio, todo el linaje
humano, para que habitas, sobre la faz de la tierra fijando los tiempos
determinados y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que
buscasen la divinidad, para ver si a tientas la buscaban y la hallaban; por más
que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en el vivimos, nos
movemos y existimos, como han dicho algunos de vosotros”.
Significa
que a Él le debemos nuestra misma existencia. Que la belleza del mundo que nos
rodea, el amor y la amistad, el gusto, el tacto, el oído, el olfato…, todos son
regalos de Dios. ¿Verdad que estas bendiciones lo convierten en un Amigo que
merece nuestro cariño y confianza?.
Aun
así, puede que le resulte difícil confiar en Dios. Tal vez piense que no lo
conoce lo suficiente, y se comprende.
Estamos
seguro de que si lo hace, llegará a saber la verdad sobre El. Dios no es cruel.
Todo lo contrario: “Dios es Amor”.
Antonio Armario
Muñoz
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